viernes, 6 de noviembre de 2020

Metal Oscuro: Un Mundo en Eterno Crepúsculo

Crecí en unas tierras donde el día y la noche eran desconocidos. Vivíamos en un eterno crepúsculo, iluminados por Vindex, un pequeño y enigmático sol rojo.
Fragmento de Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo
Recreación artística de un planeta en torno a una estrella enana roja

Imagina un mundo donde no existe la noche ni el pleno día, con un sol rojizo que siempre está en el mismo punto sobre el horizonte. Este es el escenario en el que transcurre Metal Oscuro y aunque se trata de un universo donde las leyes de la naturaleza no son exactamente iguales a las del nuestro, ¿sería posible la existencia de un mundo como el descrito en El Manuscrito del Sol Rojo?

Por muy exótico que parezca un mundo así, se han descubierto numerosos exoplanetas en torno a enanas rojas que se encuentran en una situación muy parecida. Las enanas rojas son las estrellas más abundantes del universo: se trata de astros de gran longevidad, más frías y pequeñas que otros tipos de estrellas, de hecho tienen una luminosidad tan baja que, a pesar de ser las más abundantes, en el cielo nocturno no son detectables por el ojo humano.

Al ser estrellas tan pequeñas y frías, para que un planeta esté en la zona habitable, es decir, que orbite a una distancia tal que pueda haber agua líquida en su superficie, este debe estar relativamente cerca de su sol. Pongamos como ejemplo de este tipo de sistemas planetarios al exoplaneta Próxima b, que orbita a la enana roja Próxima Centauri (la estrella más cercana a nuestro Sol, a unos 4,23 años luz), o el sistema solar de TRAPPIST-1, a unos 39 años luz: dicha estrella no es mucho más grande que Júpiter, pero en torno ella se descubrieron en 2015 siete exoplanetas, la mayoría de ellos de un tamaño similar al de la Tierra, tres de los cuales se encuentran en la zona habitable. Estos planetas se encuentran tan cerca unos de otros que, si nos encontráramos en la superficie de cualquiera de ellos, podriamos ver a los demás en el cielo con un tamaño varias veces más grande que el de la luna llena desde la Tierra, tal como ocurría con el sistema planetario de Vindex descrito en Metal Oscuro.

Tasdan frente al mar en "Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo"
Tasdan frente al mar en Metal Oscuro: El Manuscrito del Sol Rojo. Los dos astros más visibles en el cielo no son lunas, sino dos planetas que también orbitan en torno a Vindex, llamados por sus habitantes Mogan y Meglen.

¿Por qué un eterno crepúsculo?

En los planetas que giran en torno a enanas rojas es muy común un fenómeno conocido como acoplamiento de marea: dicho fenómeno sucede cuando un cuerpo que orbita relativamente cerca de otro mayor termina mostrando siempre la misma cara a este debido a la diferencia gravitacional a que son sometidos distintos puntos de dicho cuerpo. En nuestro sistema solar casi todos los satélites, incluida nuestra Luna, ofrecen la misma cara al planeta al que orbitan. En el caso de los exoplanetas que giran en torno a enanas rojas es común que esto se dé en los que están dentro de la zona habitable, puesto que se encuentran demasiado cerca de la estrella a la que orbitan (tanto el sistema TRAPPIST-1 como Próxima b son ejemplos de ello).


El fenómeno anteriormente descrito dificultaría mucho la habitabilidad de estos planetas, puesto que la parte permanentemente iluminada estaría literalmente abrasada, mientras que la zona oscura estaría helada. Sin embargo en la zona intermedia habría una especie de eterno amanecer donde, con la atmósfera adecuada, se podrían dar unas condiciones favorables para la vida tal y como la concebimos, dado que la diferencia de temperatura entre la cara iluminada y la oscura activaría fuertes movimientos de viento en el planeta y esto, sumado al efecto Coriolis y a la posible existencia de océanos, provocaría dinámicas atmosféricas muy complejas que, en algunos casos, suavizarían el clima y posibilitarían la habitabilidad.

Las enanas rojas, a pesar de su baja luminosidad, son mucho más variables y violentas que el resto de las estrellas, por lo que reciben también el nombre de estrellas fulgurantes. A veces se cubren de manchas y atenúan su brillo y otras emiten gigantescas llamaradas que multiplican dicho brillo, por lo que para que un planeta pudiera mantener su atmósfera y albergar vida en su superficie tendría que contar con un potente campo magnético, lo que haría de las auroras planetarias un fenómeno frecuente.

Si pudiéramos estar en la superficie de uno de estos exoplanetas dotados de campo magnético durante uno de los momentos de máxima actividad de su sol el cielo debería ofrecernos un espectáculo extraordinario, de una belleza difícil de igualar.

Aurora desde la superficie de un planeta que orbita a una enana roja
Aurora desde la superficie de un planeta que orbita a una enana roja.
© Ricardo Secilla

El Insólito Color de las Plantas

Las enanas rojas emiten su luz en un espectro desplazado al infrarrojo respecto a nuestro sol, por lo que hay investigadores que sugieren que en estos mundos no podría existir la vida vegetal, al menos tal y como la concebimos en la Tierra.

De existir plantas en exoplanetas que orbitan en torno a enanas rojas deberían ser de colores oscuros: pardas, grises o negras, para poder aprovechar la escasa radiación solar, pero también tendrían que tener mecanismos para bloquear la luz ultravioleta durante las fulguraciones de la estrella.

Visto todo lo anterior queda abierta la posibilidad de que incluso en nuestro propio universo sea posible un mundo similar al descrito en Metal Oscuro, al menos en lo que a condiciones astronómicas se refiere.

En cuanto a la cuestión biológica, las formas de vida que aparecen en Metal Oscuro están más en el campo de la especulación y de la imaginación, ya que muy probablemente la mayoría de estas criaturas no se originaron en el propio planeta, sino que se fueron filtrando a través de "grietas" de la realidad, llegando desde diversos mundos e incluso desde diferentes épocas en distintas versiones de la Tierra en el multiverso. Al converger todas estas formas de vida en el mundo que gira en torno a Vindex, las que sobrevivieron terminaron adaptándose y evolucionando hasta originar ecosistemas tan extraños como hostiles, algunos de los cuales se describen en el manuscrito; pero la biología y ecología de este mundo es otra historia que quizás desarrolle en otra entrada.


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