viernes, 9 de abril de 2021

Relato: Hija del Caos

Hija del Caos

     ¿Cuánto tiempo llevaba atrapado en el fondo de aquel pozo oscuro? La única luz que recibía procedía de una única abertura, que parecía estar una altura tal que solo podía percibirla como un minúsculo y grisáceo círculo de luz.

    Había intentando trepar, asiéndose a los fríos y escasos salientes de las paredes rocosas. Demasiado resbaladizas a causa de la capa de algas y moho que las cubría.

    «Al menos tengo agua» había pensado al principio, cuando observó que el nivel de esta apenas le llegaba a la rodilla. Pero aquellas aguas tenían algo siniestro, algo que engañaba a sus sentidos: cuando bebía de ellas se apoderaba de él una inaudita sensación de bienestar, el pozo parecía volverse amable y disminuir su profundidad hasta el punto de hacerle sentir que podía salir del abismo y que el borde estaba allí mismo, a su alcance. Pero cuando alzaba las manos el circulo de luz se hacía más pequeño, como si el pozo se tornara más profundo, y el agua que acababa de beber se volvía amarga y se convertía en una especie de ceniza que la mayoría de las veces lo hacía vomitar.

    La luz entonces era algo inalcanzable, no había esperanza ni salida.